Practicar deporte aporta a los niños muchos beneficios académicos que favorecen su éxito escolar. Dos formas clave en las que el deporte mejora el rendimiento académico son la mejora de la concentración y la memoria, así como el desarrollo de habilidades de gestión del tiempo.
La actividad física regular aumenta el flujo sanguíneo al cerebro. Un mayor flujo sanguíneo aporta oxígeno y nutrientes adicionales que mejoran la función cerebral. Los estudios demuestran que una sola sesión de 30 minutos de ejercicio mejora tareas cognitivas como la memoria, la atención y la concentración. El entrenamiento constante que requiere el deporte establece una función cerebral saludable para toda la vida.
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Además, la disciplina necesaria para aprender habilidades deportivas se traslada al rendimiento académico. Los jóvenes deportistas deben gestionar sus apretadas agendas, hacer los deberes y seguir las indicaciones de los entrenadores. Estas habilidades de gestión del tiempo y compromiso con los objetivos se trasladan al éxito escolar. Los deportistas aprenden a compaginar diferentes prioridades, a evitar la procrastinación y a trabajar con eficacia.
La resistencia mental, la determinación, la ética de trabajo y las habilidades de gestión del tiempo adquiridas a través del deporte dan a los niños una ventaja académica sobre los no deportistas. La participación en deportes enseña a los niños a concentrarse, realizar varias tareas a la vez y alcanzar el máximo rendimiento cerebral, habilidades que conducen a mejores calificaciones.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.